Vivimos sumergidos en una intensa y acelerada realidad que creamos bajo la idea de que debemos ser siempre seres activos. Asumimos la convicción de que en el constante accionar y movimiento es donde se producen los grandes resultados, el éxito o la felicidad.
Sin embargo, tendencias vanguardistas de comportamiento y bienestar han demostrado que en medio de la quietud de nuestro cuerpo y cerebro es donde se regenera la vida misma y todo evoluciona a un nivel mayor de plenitud.
Esto nos lleva a reflexionar en:
- ¿Cómo hacer nada impacta nuestras vidas?
- ¿Por qué es importante aprender a ser espectadores de la realidad?
- ¿De dónde viene la necesidad de siempre accionar y movernos?
- ¿Es posible desconectar la mente y el cerebro?
- ¿Cuáles son los beneficios del nadismo y el espacialismo para la vida?