NO. La estructura y composición del himen incluye un orificio himeneal, el cual permite el paso del flujo menstrual independientemente de la cantidad de este.
En los casos anormales, donde se presenta el “himen imperforado” la sangre menstrual se acumula en la vagina porque no puede salir, y aún en estos casos, el himen es capaz de resistir la “presión” de empuje generada por la sangre coagulada que se acumula en la vagina. Esto se debe a que el himen posee células fibroleásticas capaces de distenderse sin llegar a romperse.
El himen es una capa delgada de tejido que ocupa parcialmente el orificio vaginal. Este posee muchos vasos sanguíneos, por eso, al desgarrarse, puede producir un sangrado que varía de una mujer a otra. Tiene un grosor muy variable, pero generalmente mide menos de un milímetro.
La utilidad del mismo no se ha establecido de forma precisa, pero sirve de barrera protectora contra las infecciones durante la niñez.
Cuando la mujer llega a la adolescencia la vagina desarrolla su propia flora protectora, por lo tanto, el himen pierde parte de su utilidad, tornándose con el paso del tiempo, más fino y más susceptible al rompimiento.
El himen se puede presentar de las siguientes formas:
- Labial.
- Semilunar.
- Franjeado o de herradura.
Todas estas formas presentan una abertura que permiten el paso del flujo menstrual y las secreciones normales de la vagina.
El sangrado menstrual es la descamación del endometrio (mucosa que recubre la cavidad uterina).
Cuando la mujer presenta un sangrado menstrual mayor de 80 ml., o una duración de más de 35 días, se considera una menstruación abundante.
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