¿Tener muchas relaciones sexuales significa que existe adicción al sexo?

Se puede llevar una vida sexual muy agitada y activa sin que haya necesidad de considerar a esta persona como un adicto.

Las personas, cuando tienen una vida sexual muy activa, siempre se sienten satisfechas con la actividad y consigo mismas, disfrutan, y se sienten cómodas con su vida, no corren riesgos innecesarios, ni se obsesionan con el tema.

En cambio, los adictos sexuales nunca sienten satisfacción, a pesar de la cantidad de actos que fantasean o realizan, no están conformes con su vida, y recurren a riesgos, de forma obsesiva, buscando la anhelada satisfacción.

Los adictos al sexo carecen de control sobre sus actos y no les importan los problemas que éstos les ocasionen, ni los sufrimientos que su conducta les produce. A pesar de todo eso, no pueden controlar el impulso, y vuelven a la acción.

La adicción sexual se convierte en un trastorno cuando interfiere en la vida cotidiana de las personas.

El problema radica en que cada vez se involucran con más personas diferentes, incluso, pueden encontrar quienes abusen de ellos haciéndoles daño físico o chantaje emocional, y algunos son víctimas de manipuladores que les obligan a pagarles grandes sumas de dinero por su silencio.

Adicción al sexo

Los adictos al sexo son grandes consumidores de pornografía, gratuita y pagada, recurren a la masturbación compulsivamente, suelen tener frecuentes encuentros sexuales ocasionales con personas conocidas y desconocidas.

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Se convierten en clientes del comercio sexual y buscan, tanto el sexo pagado como el gratuito; recurren incluso al vouyerismo incontrolable, lo que se conoce popularmente en nuestra cultura con el nombre de “brecheo”.

Todas estas actividades ocurren al mismo tiempo y, en muchos casos, le impiden a la persona cumplir con su agenda social y laboral acostumbrada.

Refieren tener una constante sensación de vacío que sólo logran llenar con dichas actividades, cayendo así en un estado autodestructivo del que no les resulta fácil salir, aumentando así el riesgo de quiebra económica, deudas impagables, y hasta enfrentar problemas con la justicia o adquirir y transmitir infecciones de transmisión sexual.

El adicto sexual, mientras más tiempo pasa en prácticas sexuales, más cosas necesita para estimularse y saciar su necesidad, al igual que sucede con otros tipos de adictos.

Las personas hipersexuales pueden tener épocas de calma y hasta afirmar que se han curado de su conducta, pero esto pasa rápidamente, y cuando regresa el impulso, lo hace con mucho más fuerza, porque sin ayuda profesional resulta difícil salir de ese estado.

A pesar de todo lo dicho, y de lo mucho que se habla del tema de adicción sexual, en tertulias familiares, en la televisión y la radio, ese trastorno no constituye una causa frecuente de visita a la consulta de terapia sexual.

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Quizás porque muchos NO lo consideran un trastorno, sino una etapa de sus vidas que lograrán superar y que va a desaparecer con el tiempo.

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