Rutina sexual: ¿Cómo combatirla?

Todos nos quejamos de la rutina y buscamos la forma de evadirla porque nos da la sensación de no estar vivos.

La rutina es una costumbre establecida o un hábito adquirido por pura práctica que permite hacer las cosas sin razonarlas. Significa que es una costumbre que podemos hacer mientras estamos pensando en otra cosa.

¿La rutina siempre es mala?

NO. La rutina es necesaria porque sin ella tendríamos que prestarle atención a todo lo que estamos haciendo. Es necesaria por una cuestión de economía de tiempo, porque resulta más rápido que estar pensando en cada uno de nuestros movimientos y en cada una de nuestras palabras ante una situación.

Nuestro cuerpo es rutinario; es más, adora la rutina de los hábitos que le permiten funcionar bien.

Los niños aman la rutina, principalmente los más pequeños que aún no han creado condicionamientos. Sufren cuando no se respetan sus horarios y también cuando no están en su propia casa o con extraños.

Los adultos también sufren con los cambios que tanto desean. Cada vez que salimos de vacaciones sufrimos desarreglos intestinales que la mayoría atribuimos al agua, al aire, a las comidas afuera, o al sol, pero lo que sucede es que el cuerpo siente que se ha cambiado una rutina a la cual estaba acostumbrado para realizar sus funciones normalmente.

Las personas que quedan viudas, lo que más extrañan, siendo ya mayores, son las rutinas. Ninguna de ellas se acuerda de los viajes que hicieron ni de todas las salidas y diversiones que compartieron; sino de la hora del desayuno, del almuerzo o la cena; el entrar a su casa, donde vivieron tantos años, sabiendo que esa persona desaparecida no va a volver, suele ser la experiencia más devastadora.

Esta reflexión sobre la rutina nos enseña que no es necesario pretender eliminarla totalmente de nuestras vidas, sino que, como todo, requiere que seamos selectivos y utilicemos los automatismos para lo estrictamente necesario, para no vivir todas nuestras experiencias funcionando “con el piloto automático”.

La rutina diaria y el estancamiento personal afectan las relaciones amorosas que se comienzan a percibir como predecibles y mecánicas, perdiendo todo el encanto y la magia.

¿Cómo puedo darme cuenta que la rutina está afectando mi relación de pareja?

Llevando este término de ‘rutina’ al ámbito sexual, significa que en ocasiones la relación sexual con nuestra pareja tiende a hacerse algo habitual, se convierte en una costumbre.

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Se habla de rutina sexual cuando ya no innovamos, no creamos elementos nuevos en la relación que tiendan a aumentar el deseo de compartir con él o con ella; tenemos relaciones de una forma mecánica y automática.

Las primeras señales surgen cuando, después de haber acostado a los niños, sólo se quiere tener tiempo para sí mismo. Cuando su pareja está de viaje o fuera de la ciudad, a su regreso, no existen emociones como antes.

Se manifiesta con:

  • Pérdida del interés sexual.
  • Disminución en la cantidad y calidad de las relaciones sexuales.
  • En algunas ocasiones existe la química sexual, pero los temores aprendidos en la niñez, adolescencia, y traumas sexuales, no permiten que podamos abandonarnos a lo que sentimos y en lo que realmente deseamos, y esto ocasiona que se deteriore la relación sexual, produciendo una disminución, aburrimiento y pérdida de interés en todo lo sexual.

Casi todas las parejas empiezan su relación con amor y grandes esperanzas. Pero el tiempo incide de alguna manera en ellas. El encanto de los primeros tiempos se diluye en la rutina del día a día.

Piensan que esa persona que prometía ser su mejor amigo para toda la vida, su alma gemela, se ha convertido en alguien con el que se aburre y tiene pocas cosas en común. Se sienten decepcionados con su pareja y el matrimonio, y dudan de sus sentimientos.

Algunas de las preocupaciones más habituales de estos hombres y mujeres es pensar que ya no quieren a su pareja. Afirman que se aburren, sienten que han evolucionado mientras el otro se ha quedado atrapado en la monotonía. Su pareja ya no es interesante, excitante, ni sexualmente atractiva.

¿Hacer el amor todos los días puede ocasionar que se convierta en una monotonía?

NO, pues comemos varias veces al día, y no nos cansamos de hacerlo, ya que nuestro organismo lo necesita de la misma forma. Si hacemos el amor todos los días, quiere decir que nuestro cuerpo reacciona a los estímulos que se dan para una relación sexual.

¿La rutina sexual es un indicador de que se acabó el amor o la atracción?

No necesariamente, porque puede haber amor y atracción física, pero el encuentro sexual resulta monótono y mecánico, lo que afecta la calidad de la relación e inhibe el deseo sexual.

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Debe prestarse mucha atención a la monotonía, pues puede producir a mediano, y largo plazo un rompimiento en la relación de pareja. La monotonía sexual puede traer como consecuencia una disminución del deseo sexual, infidelidades, y desenamoramiento.

¿Quién se cansa con mayor frecuencia, la mujer o el hombre?

Ambos sexos tienden por igual a cansarse, por diferentes motivos, ya que si la mujer se descuida en su papel de amante, puede hacer que el hombre tienda echar de menos la química inicial, y las actividades sexuales que hubieron en algún momento.

De la misma forma, si el hombre no es creativo, y no amplia su repertorio sexual, con toques, caricias, y alargando el preámbulo amoroso, pudiese producir que la mujer no logre la excitación necesaria para el acto sexual. Es importante resaltar que la mujer es más emocional, afectiva, y necesita esas expresiones de cariño para aumentar su deseo sexual.

El deseo y su realización sufren fluctuaciones naturales tanto en el hombre como en la mujer. Es cierto que cuesta mucho mantener un ritmo amoroso muy elevado durante un periodo largo con las situaciones sociales, las obligaciones familiares, entre otros factores; pero en el amor no hay nada imposible.

En la mayor parte de los casos la pareja debe adaptarse a las diferentes fases de la vida y vivir con plenitud el paso a otro ritmo. La solución para las dificultades conyugales consiste en inventar parejas sucesivas con el mismo compañero, para vivir los distintos momentos de la vida de las dos personas superando la crisis por el cambio.

¿Existen factores que influyen en la rutina sexual?

. En ocasiones ocurren circunstancias en la relación de pareja que pueden ocasionar la aparición de rutina y hasta disminución de la frecuencia sexual; podemos citar:

  • Estrés.
  • Embarazo.
  • Depresión.
  • Infarto agudo del miocardio.
  • Accidentes cerebrovasculares.
  • Diabetes.
  • Cáncer.
  • Luego de una cirugía importante.
  • Pérdida de algún ser querido.
  • Menopausia en la mujer.

Todo esto puede ser preocupante en algún momento y puede disminuir la calidad y cantidad del deseo sexual en la pareja, pero si se maneja con una buena dosis de comunicación, apoyo, respeto mutuo, y en algunos casos hasta buscando ayuda profesional, se puede lograr salir de la situación.

Momentos críticos

Las parejas pasan por ciclos, y en algunos existen más posibilidades que la rutina se apodere de ellos. El inicio de la convivencia, a pesar de ser un periodo de entusiasmo, puede desembocar en monotonía.

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La pareja descubre los contrastes entre las expectativas y la realidad; este hecho puede llevar al desencuentro y al distanciamiento de la relación.

El nacimiento del primer hijo es otro momento al que se debe prestar especial atención. Tener hijos conlleva una negociación entre la pareja donde queden claras las funciones como padres y como esposos. Si este acuerdo no se alcanza, sus efectos en la relación se notarán rápidamente.

Los cambios que implican en la vida familiar la escolarización de los hijos y su marcha del hogar familiar, pueden desestabilizar la relación. La dedicación a la pareja debería cobrar mayor protagonismo en estas situaciones.

¿Cómo podemos combatir la rutina en nuestra relación de pareja?

Existen medios al alcance de todos, como la lectura de un buen libro especializado en el tema, puede alertar a tiempo y descubrir la felicidad deseada. Se puede acudir a un terapeuta siempre y cuando los miembros de la pareja estén de acuerdo y crean firmemente que un profesional puede ayudarles a salir del bache en el que se encuentran.

La vida en pareja no es algo fácil, ya que cada persona es un mundo que traslada sus peculiaridades al ámbito de la relación de pareja. Implica comunicación, que se expresa desde la receptividad, la amistad y la caricia; compartir, que es darse y mostrarse involucrado.

Todo esto puede verse invadido por la rutina que hace que las bases de la relación comiencen a tambalearse. Es importante seguir unas pautas que eviten que esta se apodere de la relación:

  • Dialogar y negociar.
  • Compartir la responsabilidad.
  • Recordar lo primero que le atrajo de su pareja.
  • La buena comunicación ayuda a conocerse mejor.
  • Ser creativos.
  • Hacerse cómplices uno del otro.

La comunicación en la pareja debe ser fluida y de ambas vías, donde ambos escuchemos lo que nos dice la pareja, sobre lo que le agrada, lo que le gustaría practicar, la calidad, y cantidad de relaciones sexuales, agradar al otro no olvidando que al inicio de la relación pudiese ser difícil para alguno de los dos la comunicación sobre el tema sexual, pero si se abre el tema con cuidado y respeto, podemos lograr romper esas barreras.

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