¿Qué hacer cuando nuestros hijos NO preguntan sobre sexualidad?

La curiosidad propia de los niños y niñas en los primeros años, y la necesidad de comprender el mundo que les rodea, los motiva a hacer preguntas que pertenecen al mundo de lo sexual, que deben ser respondidas por sus padres de acuerdo con el contexto en que se hagan; es por ello que, antes de responder, es preciso preguntar: ¿qué quieres saber? y la respuesta debe ser verdadera, precisa, concisa y ofrecida en un lenguaje acorde a la edad del niño o la niña.

Es posible encontrar niños, niñas y adolescentes que NO hagan preguntas respecto a la sexualidad, esto no significa que no les interesa, es posible que intuyan que es un tema del que no se deba hablar, o que estén recibiendo informaciones por otra vía. No obstante, los padres deben buscar la oportunidad para iniciar el tema.

Los 8 años es la edad adecuada para que los padres inicien abordando el tema de la sexualidad directamente con sus hijos, sobre todo con los que NO preguntan. En esta etapa del desarrollo se va consolidando su personalidad, comienzan a aparecer los roles de género, perciben las diferencias entre los sexos. Es momento para enfatizar en los valores como el respeto a los demás y la tolerancia a las diferencias.

La forma de hacerlo es aprovechando momentos de la vida cotidiana para iniciar con algún tema relacionado a la sexualidad, podría ser un anuncio de televisión, una valla en la calle o una escena de una película. Otra forma de hacerlo es comprarles libros para que lean sobre educación sexual, dirigidos a su edad, y luego conversar sobre los temas tratados, buscando su opinión y retroalimentando los conocimientos adquiridos.

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El aprendizaje de la sexualidad es similar al que adquieren los niños y niñas para aprender a comer, a dormir, a conocer las partes de su cuerpo, cómo funciona y a su auto cuidado. Partiendo de esta concepción es más fácil educar.

La educación sexual de los hijos es una responsabilidad de los padres; la escuela juega un rol secundario en este sentido. Algunos padres tienen muchas dificultades para hablar del tema, y NO saben cuándo comenzar a hablarles a sus hijos e hijas; siempre los ven muy pequeños para hablarles “de esas cosas”. Creen que hay que esperar a que sean grandes, que lleguen a la adolescencia, porque consideran que ahí podrían entender un poco más.

Muchos no saben cómo abordar el tema porque no fueron educados durante su infancia y adolescencia por sus padres y madres. Persisten los miedos, los tabúes, los mitos y la vergüenza. En generaciones anteriores, hablar del tema era bastante complicado.

Si usted no se siente lo suficientemente cómodo para abordar el tema de la sexualidad con sus hijos e hijas, es recomendable que busque una persona de su confianza que lo haga. Puede ser un tío, una tía, o su pediatra, por ejemplo.

Busque la manera de aprender, de documentarse. Hoy día existen muchas opciones para educarse; la Internet, las revistas, los libros, son fuentes de información que le ofrecen herramientas útiles para educar a sus hijos e hijas sexualmente.

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Un hecho demostrado científicamente es que los niños, niñas y adolescentes que reciben educación sexual familiar, que pueden tratar el tema en la familia y que sus padres responden a sus preguntas con la verdad, asumen una sexualidad responsable en su vida adulta, y postergan su inicio sexual dando prioridad a su plan de vida, a sus estudios y esperan el momento adecuado en que se encuentren en capacidad de asumir las consecuencias de una vida sexual activa.

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