¿Qué es el pH vaginal?

El pH es una medida utilizada para determinar si una sustancia es ácida (ejemplo: el vinagre) o alcalina (ejemplo: el jabón). El pH se mide en una escala de 0-14; un pH ácido tendrá un valor entre 0-6, uno alcalino entre 8-14 y neutro un valor de 7.

Un pH ácido favorece el crecimiento de bacterias inofensivas que se encuentran de forma natural en el área genital. Estas a su vez evitan el conocimiento de patógenos que causan infecciones.

¿Cómo se mantiene sana la vagina?

La vagina se mantiene sana y limpia mediante algunos sistemas protectores muy ingeniosos, siendo el más habitual de ellos el mantenimiento de un medio ácido que, curiosamente, se mantiene así gracias a la acción de una bacteria que se encuentra presente en la flora habitual de la mucosa vaginal.

Estas bacterias llamadas lactobacilos o bacilos de Doderlain, se alimentan del glucógeno (azúcar) que se almacena en las células de la pared vaginal , lo cual contribuye a que la mucosa vaginal mantenga un entorno ácido, con un pH de aproximadamente 4.0.

La presencia de lactobacilos en la vagina hace que todos esos organismos extraños que llegan hasta ella encuentren un entorno poco adecuado para su proliferación, por lo que una buena colonia de lactobacilos y otras bacterias que forman la flora bacteriana es indispensable para mantener la vagina libre de la mayoría de infecciones.

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Otro importante sistema protector es el moco vaginal, que tiene fama de ser “sucio”, pero es todo lo contrario pues actúa como una escoba, barriendo la mucosa vaginal y arrastrando hacia el exterior todo tipo de células muertas y otros productos de deshecho. El moco sale del cuello uterino y al pasar por las paredes vaginales contribuye a la lubricación de estas y, por lo tanto, a su protección.

¿Qué factores pueden alterar el ecosistema vaginal?

  • Ciclo menstrual: durante la menstruación, el ambiente vaginal se hace menos ácido (pH 6 o más). Esto hace que, periódicamente, la mucosa vaginal se encuentre desprotegida al mantener durante unos días un entorno alcalino favorable a los microorganismos patógenos.
  • Coito: se ha demostrado que el esperma actúa como un potente alcalinizador que reduce la acidez vaginal en unos pocos segundos, manteniendo la vagina neutralizada de los mecanismos naturales de protección durante varias horas después del coito, estas condiciones pueden ser aprovechadas por los patógenos, ya que encuentran un medio en condiciones adecuadas de alcalinidad para su colonización.
  • Uso de productos intravaginales: como duchas o agentes secantes. Este tipo de productos destruye la capa protectora de moco vaginal y con ella la flora natural que contribuye a mantener el equilibrio ácido.
  • Anticoncepción hormonal: el uso de este tipo de sustancias altera los niveles normales de estrógeno y progesterona, con lo cual el equilibrio de la mucosa se ve alterado a su vez.
  • Lactancia: puede interrumpir la ovulación y provocar una situación de reducción de estrógeno, por lo cual el pH aumenta y la mucosa se convierte en caldo de cultivo para los patógenos.
  • Antibióticos: la acción de los antibióticos provoca un descenso de “los microorganismos buenos”, de la flora natural y cuya acción equilibra los niveles de acidez y la integridad de la vagina.
  • Menopausia: durante la menopausia se producen cambios vaginales debido a la falta de estrógeno, por lo que la vagina se vuelve más seca y por lo tanto pierde eficacia en su labor de higiene y también aumenta su fragilidad epitelial.
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