SÍ. El cáncer de próstata es la malignidad más comúnmente diagnosticada en el mundo occidental. En Estados Unidos es la segunda causa de muerte debido a un cáncer.
Los factores de riesgo más establecidos son la edad, raza y antecedentes familiares de cáncer de próstata; sin embargo, la variación geográfica influye en el riesgo de padecer cáncer de próstata.
Por ejemplo, en Japón este tipo cáncer es poco frecuente, pero los japoneses que a temprana edad, emigran y se crían en el mundo occidental, comparten el mismo riesgo de padecer cáncer de próstata que un americano común. Esto sugiere que el estilo de vida, y específicamente la dieta, influye en estos tipos de cáncer.
Los factores biológicos que relacionan el estilo de vida de la cultura occidental a un mayor riesgo de cáncer de próstata no están completamente descifrados; sin embargo, en los estudios epidemiológicos se observa una relación proporcional entre “la barriga”, obesidad, síndrome metabólico, inactividad física, mayor ingesta de grasas en la carne, y el cáncer de próstata.
La obesidad está definida por el índice de masa corporal (IMC). Este índice es igual al peso (en kg) dividido entre la estatura en metros cuadrados.
Un varón con un IMC mayor o igual a 30 se considera obeso. Decenas de ensayos clínicos han examinado el papel de la obesidad en el origen del cáncer de próstata. El estudio clínico de mayor alcance identificó la presencia de cáncer de próstata en 33,314 de casi un millón evaluados.
En aquellos hombres obesos “con barriga” se encontró un exceso de riesgo de cáncer de próstata de casi un 10% más. Pero más alarmante aún es la asociación entre la edad, la obesidad y el cáncer de próstata. Hombres obesos en la década de los 40’s presentaron un riesgo de un 58% más de padecer este tipo de cáncer.
Otros estudios soportan estas observaciones, pero con tasas de riesgo un poco menores, y otros sugieren que no hay relación alguna. En general, se presume que un hombre con un IMC de 35 tiene un 10% más de riesgo de padecer cáncer de próstata, comparado con otro que tenga un IMC de 25.
La preguntas más crítica cuando se diagnostica un nuevo tumor maligno es: ¿Cuál es el estadio y la agresividad celular del tumor?
Un estudio clínico identificó más de 2,800 hombres con cáncer de próstata, y reveló que estos cánceres encontrados en aquellos hombres con IMC mayor o igual a 30, comparados con aquellos con IMC menor o igual a 25, se presentaron de forma más avanzada en un 18% de los casos, y con características celulares más agresivas en un 29% de los casos.
Estas observaciones han sido confirmadas por otras investigaciones. Se presume que altos niveles de andrógenos (hormona sexual masculina), el estrés oxidativo y la inflamación del varón obeso, es lo que produce tumores con mayor agresividad.
¿Qué ocurre en el hombre con obesidad abdominal para que este estado físico promueva el cáncer de próstata?
La respuesta es muy compleja y sensible a mucha especulación. Sin embargo, el cáncer y la obesidad comparten un proceso común: la inflamación crónica, que contribuye al desarrollo del cáncer de próstata. Igualmente, ahora se reconoce que el tejido adiposo o graso produce una gran cantidad de proteínas inflamatorias.
En todo el mundo, el número de casos de obesidad está aumentando, por lo que se hace imprescindible crear campañas de educación que promuevan una alimentación más sana, que enseñen qué es una buena nutrición y a saber qué suplementos vitamínicos complementan positivamente la función celular y mejoran la calidad de vida.
Hay que procurar “mantenerse sano” con programas de ejercicio cotidianos que estimulen el metabolismo sano y disminuyan procesos inflamatorios.
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