Ante la multiplicación y desarrollo de los medios informativos, tenemos la sensación de que algunos hechos sociales van en aumento, cuando en realidad lo que va en aumento es la rapidez con la que viaja la información.
Si consideramos que la orientación sexual de la gente no es una feliz ocurrencia, llegaremos a la conclusión de que en todos los momentos históricos de la humanidad ha existido un porcentaje de personas homosexuales.
Textos muy antiguos así lo demuestran. No creemos que ahora sea más frecuente, pero sí estamos claros que somos más habitantes en el mundo y conjuntamente, con el crecimiento poblacional, todos los números aumentan proporcionalmente.
Lo que sí ha cambiado en la actualidad es que se habla más del tema, lo cual ha hecho posible que la gente que es homosexual lo diga, generando como consecuencia más información y menos mitos y prejuicios. Antes, decir que una persona era homosexual podía implicar la muerte, o por lo menos una sentencia.
Había mucho miedo al respecto y los únicos homosexuales que se dejaban ver eran o los muy obvios o los revolucionarios que luchaban por sus derechos. Todos los demás pasaban desapercibidos socialmente, preferían permanecer en secreto, correr menos riesgos y llevar con total privacidad su vida sexual.
Para entender lo que está ocurriendo con la homosexualidad, habría que abordar el asunto desde una perspectiva socio-histórica. La homosexualidad no se da como un hecho aislado, sino que al igual que las otras orientaciones sexuales, se expresan en el ambiente sociocultural de cada país.
De este modo, cuando los países cambian su forma de ver un hecho, este hecho se expresa libremente o calladamente, según corresponda.
Mostrarse como se es en realidad se considera una opción para evitar la invisibilidad social, reforzar la autoestima y manifestar los propios derechos.
Poco a poco, las cosas han ido cambiando; cada vez más homosexuales, hombres y mujeres, se atreven a hablar, a escribir, a enseñar al mundo que una persona puede verse como las demás, estar en perfecta salud física, emocional y mental y ser homosexual o lesbiana.
De esta manera, las falsas ideas y estereotipos han ido derrumbándose; la sociedad poco a poco está empezando a ver a las personas homosexuales como a cualquier otra.
Si fuésemos a valorar esta situación, tendríamos necesariamente que decir que esta realidad es más positiva que negativa, pues en la medida que las personas nos mostramos al mundo con honestidad, no existen daños a uno mismo, pero tampoco daños a segundos ni terceros.
Desde nuestra práctica profesional, podemos afirmar que los cambios en la sociedad han permitido que muchos homosexuales que antes se ocultaban y vivían una doble vida, o por el contrario, sublimaban y vivían vidas grises, callados y apartados del bullicio social, hoy dan la cara y se atreven a mostrar al mundo lo que son.
Video recomendado:
Comparte este artículo en tus redes sociales:
Comparte este artículo en:
