El amor, la espiritualidad y la religión

Con frecuencia encontramos parejas que presentan conflictos por sus diferentes ideas, creencias y convicciones con respecto al tema de la religión. Y es que definitivamente, se suele utilizar esta temática como una perfecta excusa para acercarse y enamorar a una persona que le atrae y gusta a otra.

Se pueden observar hombres y mujeres que aprovechan la visita a un templo, iglesia o congregación religiosa para tratar de demostrar de una forma visual el interés amoroso que se tiene hacia la otra persona.

Muchas veces, también suele ser un acto para manipular la relación que se está tratando de establecer con una posible pareja.

Sin embargo, es necesario convertir esta situación en una oportunidad para indagar acerca de la verdadera creencia, forma de pensar o convicción religiosa que realmente se tiene.

El tema de la religión, no puede ser tratado coyunturalmente para ser utilizado como un puente para enamorar a nadie. ¿Por qué?, por la sencilla razón, de que después de que pase la etapa del enamoramiento, no podremos soportar ser quienes no somos realmente.

Los seres humanos somos lo que creemos y lo que hacemos. Por estas razones, muchas parejas en la fase de enamoramiento van juntas a las iglesias y congregaciones religiosas y después que se casan puede ocurrir fácilmente un divorcio, porque cuando nos casamos “dejaste de acompañarme a la iglesia, no oramos juntos, no me acompañas a los rituales religiosos que antes me acompañabas y compartíamos.

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La espiritualidad, abarca la capacidad de introspección que tiene la persona, la conciencia, o lo que es lo mismo decir, la posibilidad de darse cuenta de las cosas. También la espiritualidad abarca la visión personal del amor, de la belleza, la bondad y de escribir acerca de asuntos objetivos o subjetivos.

Asimismo, la espiritualidad encierra la habilidad de combinar frases que hablen de nuestros valores y de allí poder construir una visión del mundo. Cómo la persona concibe su mundo dentro de las artes, de la tecnología y de la filosofía, de qué manera maneja su voluntad, cómo toma sus decisiones, cómo se visualiza a si mismo desde el punto de vista de la autoimagen.

Y todo esto, no es más que la esencia del ser humano, lo cual hace a cada persona dueño de su comportamiento.

En cambio, religión, no es más que el conjunto de creencias, convicciones, la cosmovisión que tratan de explicar la concepción y el origen del mundo, del universo, de la vida, a través de leyes morales que marcan un estilo de vida particular.

Como vemos, la religión es parte de la espiritualidad, pero no es la espiritualidad, ya que esta es mas amplia.

Cuando una pareja se enamora simplemente porque tu perteneces a la misma religión que yo, está cometiendo un error en unirse únicamente por esta razón, ya que tarde o temprano afloraran las demás diferencias de pensamientos relacionadas con la espiritualidad, con la familia de origen a la que se pertenece y con la cultura relativas a la religión en la que verdaderamente se ha creído y tenido una convicción.

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En conclusión, al elegir o seleccionar una pareja para convivir de una forma perdurable, se hace necesario, profundizar acerca de la vida espiritual de la persona en cuestión, no solamente, acerca de su vida religiosa.

Pertenecer a una religión, no indica necesariamente que una persona tenga una vida espiritual desarrollada.

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