¿Cuáles hábitos nocturnos impiden conciliar el sueño?

Existen numerosos factores que pueden afectar la calidad del sueño, dificultando que las personas descansen apropiadamente o lo logren conciliar en el momento deseado. La mayoría de estos se asocian a una alta actividad cerebral, por lo que ocasionan que el cerebro se mantenga activo por mucho tiempo y no envíe la señal de dormir.

Debido a que el sueño es una necesidad biológica a través de la cual se recobra la energía para que el organismo funcione adecuadamente, los distintos trastornos en el mismo se reflejan directamente en el bienestar general y en los diversos ámbitos de la vida.

Cuando una persona no duerme lo suficiente, su cuerpo no obtiene el descanso requerido, haciéndose más propenso a enfermarse, a padecer de alteraciones del ánimo y otros efectos negativos.

Por tanto, es importante conocer esos hábitos nocturnos que impiden conciliar el sueño, pero que muchos ignoran cómo repercuten en su vida:

Usar el teléfono celular (o cualquier aparato tecnológico)

Quizás sea uno de los hábitos más comunes de estos tiempos. Sin embargo, especialistas en neurología y expertos en los procesos de sueños confirman que utilizar el celular en la cama antes de dormir, envía señales al cerebro para que se mantenga despierto, sobre todo por la luz de la pantalla.

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Además, esto va de mano con la adicción a los celulares, uso de las redes sociales y chats, por lo que la ansiedad y obsesión por usar estas herramientas, dificultan lograr el sueño.

Ver televisión

De igual forma, este hábito se asocia con la exposición a la luz artificial, la cual suprime la producción de la melatonina, que es la hormona que produce sueño, provocando insomnio y largas horas sin poder dormir.

Discutir con la pareja u otra persona

El enojo contribuye a la liberación de ciertas hormonas que generan malestar y estrés, evitando así que el cerebro envíe la señal de dormir al organismo.

Aunque a veces no se pueden evitar estos encuentros, lo recomendable es poder resolverlos antes de ir a la cama, para que el sistema nervioso central se relaje y no afecte negativamente la calidad del sueño.

Comer inmediatamente antes de dormir o acostarse sin comer

Después de comer, es importante darle tiempo al organismo para que realice la adecuada digestión y pueda estar dispuesto para descansar, evitando además consecuencias negativas como indigestión, reflujo, acidez o incomodidad estomacal.

El otro extremo también es malo, ya que si el estómago está vacío y la persona tiene apetito, se le hará muy difícil dormirse.

El hambre funciona como un estimulante que mantendrá alerta los sentidos, hasta que la necesidad sea suplida.

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No tener una rutina establecida

Para muchos es difícil irse a dormir siempre a la misma hora, sobre todo por el ritmo de vida que tienen. No obstante, para el reloj biológico es vital establecer una rutina que le permita activarse en los momentos justos.

Lo recomendable es, al menos, intentar ir a la cama en una hora aproximada cada día para que el cerebro y el organismo se acostumbren a dormir y descansar llegada la hora.

Así como estos hábitos, hay muchos otros más que interceden con un sueño reparador y de buena calidad, por lo que es de suma importancia identificarlos para así poder eliminarlos e incluir aquellos que ayudan a una relajación y descanso pleno.

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