¿Cómo influye consumo de alcohol en la erección?

El consumo de alcohol, en las etapas iniciales, produce un efecto de desinhibición mostrando un comportamiento eufórico y muy sociable.

Esto sucede porque el alcohol es un depresor del sistema nervioso central y el comportamiento eufórico se da por la inhibición de los mecanismos de regulación conductual en el sistema nervioso de quienes lo consumen, lo que afecta a la corteza cerebral, que es la encargada de almacenar todo el sistema de normas y valores aprendidos.

La corteza cerebral es la responsable de actuar como juez de nuestras conductas, además de producir una sensación de euforia, relajación, aumento de la sociabilidad y una sensación de seguridad en nosotros mismos.

Está bien establecido que el consumo de alcohol, en dosis bajas o moderadas, tiene un efecto en la expresión del deseo, es decir, desinhibe las manifestaciones de la excitación sexual y, de acuerdo con algunos autores, las aumenta.

También es bien conocido su efecto de supresión de las respuestas sexuales en dosis elevadas, como el bloqueo de la capacidad para desempeñar el acto sexual o el orgasmo.

¿Cómo influye el alcohol en la erección?

La erección del hombre se produce como respuesta a un estímulo sexual, de modo que el sistema nervioso envía la orden y el sistema circulatorio se encarga de aumentar el flujo sanguíneo en el pene para conseguir la erección.

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El alcohol impide el buen funcionamiento del sistema nervioso central, por lo que si no se produce una correcta comunicación entre los estímulos, el cerebro y el sistema circulatorio se entorpece la llegada de la sangre al pene, dificultando el acto sexual.

La ejecución sexual se ve frustrada en varios aspectos. En primer lugar, se ven efectos de supresión de la erección debido a que el alcohol inhibe el funcionamiento del sistema nervioso autónomo, responsable de que se produzca la erección.

De más está decir que a falta de una buena erección, la penetración y el coito se ven afectados negativamente.

La ansiedad que le sigue a este tipo de situación puede hacerse responsable de nuevos fallos eréctiles en futuros intentos y, como consecuencia, del comienzo de un círculo vicioso que culmine en el desarrollo permanente de disfunción eréctil en el hombre.

Un estudio del Boston Medical Group reveló que beber alcohol en grandes cantidades dificulta mantener una erección. El 50% de los hombres en estado de embriaguez han tenido dificultades para mantener relaciones sexuales.

La bebida inhibe el buen funcionamiento del sistema nervioso central, implicado directamente en la respuesta del estímulo sexual. Este trabajo advierte que el 71% de los hombres alcohólicos menores de 56 años padecen disfunción eréctil.

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¿Cómo influye el alcohol en la lubricación femenina?

Se sabe que diversos fármacos, sobre todo algunos antidepresivos, entorpecen la lubricación de la zona vaginal; lo mismo ocurre con los antihistamínicos (medicamentos que combaten alergias), algunas medicinas para el resfriado y otras cuyos efectos secundarios provocan sequedad en la boca.

Es importante puntualizar que el alcohol, tabaco y marihuana también se consideran inhibidores de la lubricación.

El alcohol en cantidades moderadas, puede disminuir las inhibiciones y aumentar el interés y la excitación sexual; sobre todo con personas con problemas de deseo por ansiedad.

En grandes cantidades produce una alteración en la excitación, ausencia de placer y anorgasmia, por disminución de la vasocongestión genital, que consiste en la acumulación de una gran cantidad de sangre en los vasos sanguíneos de la región pélvica.

También hay pérdida inmediata de la sensibilidad en todo su cuerpo, particularmente sus genitales, lo que repercute directamente en sus posibilidades de alcanzar un orgasmo.

Debido a la expectativa afrodisíaca o de liberación moral, la mayor parte de las mujeres reportan un aumento en su libido, aún cuando existe evidencia de que su respuesta fisiológica y hormonal se ve drásticamente afectada.

Psicológicamente hablando, el uso de alcohol puede afectar a la mujer al causar pérdida de autoestima y ansiedad.

Al tomar alcohol en exceso, todas las personas se ven más expuestas a abusos físicos y sexuales, y al contagio de infecciones de transmisión sexual, por tomar decisiones no responsables bajo los efectos de la bebida.

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Aunque disfrutar de un trago o dos ocasionalmente no representa ningún problema, la moderación es clave cuando se habla de alcohol, tanto para que no afecte la sexualidad de las personas, como para evitar que afecte la salud en general.

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