El flujo normal de la vagina debe ser claro o transparente y en ocasiones blanquecino.
Este flujo es producido por las glándulas del cuello del útero y las que se encuentran en las paredes laterales de la vagina; las mismas están sometidas a los cambios hormonales de cada mujer.
El flujo normal tiene un olor característico en cada mujer, el color y la consistencia de este cambia de acuerdo a la fase del ciclo menstrual en que se encuentre.
Es más abundante en la mitad del ciclo, es decir, durante la ovulación, así como en el momento de la excitación sexual, y ligeramente más espeso y abundante durante el embarazo y la lactancia, por la influencia de las hormonas.
No todas las mujeres tienen la misma cantidad de flujo, pero cada una sabe cuándo es normal o no.
Hay situaciones que de por si aumentan la cantidad de este, y esto no quiere decir que estamos ante una infección; estas son:
- La ovulación.
- El estrés.
- El embarazo.
- La excitación sexual.
- La lactancia.
El flujo vaginal puede cambiar de color, olor, cantidad, y tornarse anormal por diferentes causas como:
- Infecciones por bacterias.
- Cáncer vaginal.
- Cuerpos extraños dejados en la vagina como: tampones, condones, juguetes sexuales, etc.
- Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).
Para prevenir y evitar estos cambios e infecciones vaginales es recomendable que la mujer mantenga una buena higiene del área genital siguiendo las siguientes recomendaciones:
- NO usar duchas vaginales.
- NO usar cremas ni óvulos vaginales sin ser indicados por un médico.
- Evitar el uso de fragancias, polvos y aerosoles directamente en el área genital.
- Usar ropa íntima de algodón.
- Evitar el uso de ropa apretada, sobre todo pantalones, ya sean largos o cortos.