Adolescencia: Emociones y sexualidad

Modernamente se ubica la adolescencia entre los 10 y los 19 años de edad y se subclasifica en grupos de 10 a 13, 13 a 17 y 17 a 19. Esta clasificación permite que esperemos comportamientos y respuestas diferenciadas en cada caso sin caer en la antigua visión de que la adolescencia era una etapa de la vida.

Aquí podemos ubicar entonces el tema de la sexualidad, entendiéndola como la forma en que nos expresamos en nuestra vida, nuestro sello de identidad en todos los comportamientos, incluyendo los de carácter sexual y los que se refieren a la parte emocional.

Etapas de la adolescencia

Adolescencia temprana

En la primera etapa denominada “adolescencia temprana”, de 10 a los 13 años, se está muy cerca de la niñez, la sexualidad, las emociones e intereses están girando alrededor de los padres y el círculo familiar. La alegría, la tristeza, el juego, las fiestas, el miedo y, sobre todo, la capacidad para descubrir el mundo, el cuerpo, el de los otros, es parte de esta etapa.

Adolescencia media

La segunda es llamada “adolescencia media”, de 13 a los 17 años y es la más florida en la expresión de la sexualidad por que entran en juego la experiencia del desarrollo sexual, el deseo, las emociones pasionales, los comportamientos ideales y románticos.

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En esta etapa se desbordan los límites de la familia y entran en acción personas de la misma edad, adolescentes iguales a quienes se eligen como el centro de la vida, desligándose de manera provisional del núcleo familiar.

La sexualidad se expresa en el mundo de los amigos donde se comparten los mismos procesos y las mismas expectativas. Esto, como es de esperar, genera conflictos de celos en el interior de la casa y a veces hace que algunos de los “amigotes o amigotas” o “panas” no sean bien valoradas por los padres entendiendo que son la causa de esta separación que ellos no entienden como provisional.

La amistad, el enamoramiento, los noviazgos, el deseo sexual, la masturbación, los juegos sexuales y a veces hasta las relaciones sexuales caracterizan esta importante etapa. Si en ella se anidan miedos, sentimientos como la vergüenza y la culpa, tabúes, mitos, malos aprendizajes, serán posiblemente expresados en el futuro como respuestas alteradas en la vida emocional.

El deseo sexual en la adolescencia se convierte en un indicador de madurez biológica y psicosocial. Es a la educación sexual a quien corresponde orientar la canalización de estos factores para que sean aprovechados en la construcción de una identidad sexual sana, seria y responsable.

Adolescencia tardía

La última etapa se denomina “adolescencia tardía” de 17 a los 19 años y constituye una entrada a la vida joven adulta, es la “vuelta a casa” con mayor capacidad de valorar a la familia y de unirse de nuevo, ya con nuevas adquisiciones, como sería un novio o novia, la entrada a la universidad, mayor estabilidad emocional, entre otras.

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Sabiendo ya de qué edad estamos hablando o de cuál etapa estamos haciendo referencia, podremos comprender lo que pasa por esos y esas adolescentes, y entenderemos que si aparecen comportamientos inadecuados no esperados, es porque algo no anda bien y hay que poner mayor atención.

El sexo nos diferencia y la sexualidad nos expresa. Cada etapa tiene sus comportamientos y sus emociones. El sentimiento asociado condicionará nuestras respuestas y nuestros aprendizajes.

Una situación vivida puede condicionar a emociones negativas respecto a querer relacionarnos con otros u otras, con querer tener pareja, con evadir el sexo; por el contrario una experiencia de felicidad y armonía en un hogar estable podría generar emociones y sentimientos favorables a la vida sexual, reproductiva y de pareja.

La idea sería que al conocer estas relaciones y sus determinantes trabajemos una educación sexual que reconozca y pondere los elementos positivos de las emociones para poder así construir, de manera responsable, una sexualidad que permita que nos expresemos desde la felicidad y no desde el fracaso y la frustración.

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